Cocina bretona con raíces y buenas maneras en un local de singular decoración que merece la pena conocer.

La historia de este restaurante comenzó en el sur de Francia hace muchos años, cuando una bretona con iniciativa y buena mano para la cocina llamada Annaíck decidió ofrecer al público las recetas típicas de su Bretaña natal. Ahora su nieto ha exportado la idea a España, y después de abrir con éxito varios locales en Cataluña hace dos años que llegó a Valencia, funcionando muy bien con su cocina típica de Bretaña, donde destacan las galettes de trigo negro.
Sabrosa y aromática, la harina de trigo negro aporta diversas sales minerales al organismo, y es además muy digestiva y nutritiva. Al contrario de lo que se piensa, el sarraceno no es un cereal: en realidad es una planta herbácea originaria de Oriente Medio, que fue introducida en Francia por las Cruzadas. Una exención de impuestos impulsó su cultivo en Bretaña en tiempos de la duquesa Ana, y fue el germen de una cultura gastronómica que aún perdura, y que podemos conocer y difrutar en Annaíck.
Las galettes son lo más conocido de la cocina bretona, y la especialidad de Annaíck, con más de veinte variedades. La begmelloise -con queso de cabra, espinacas, salmón, y almendras tostadas-, y la specialité -con queso brie, patatas a la plancha, salchicas de morteau y crema de mostaza-, son las preferidas, aunque también se pide mucho la complete -muy típica, con jamón, huevo y emmental-. Preparadas a la manera tradicional, o en recetas más creativas, sus galettes son elaboradas en un espacio muy particular de la sala: ¡un autobús inglés habilitado como cocina! Sin duda una original
forma de decorar y separar espacios que otorgan un añadido encanto especial a Annaíck.
Su oferta gastronómica es muy amplia, pues no sólo de galettes vive el bretón: también tienen variedad de ensaladas, sabrosas tortillas -como la de roquefort, patatas y champiñones-, tablas de quesos y embutidos de producción bretona, y postres caseros. Nada mejor que una galette dulce (el popular crep) como la Mont Saint-Michel -con compota de manzana, helado de vainilla y dulce de leche- para terminar nuestra comida,
aunque quizás prefiramos tomar unos de sus deliciosos helados y batidos naturales.
Para beber también nos ofrecen algunos productos autóctonos, como la sidra bretona -de la que tienen 3 variedades-, con un sabor diferente al que estamos acostumbrados, menos dulce pero más fresco, y con más gusto a manzana. También tienen aguamiel, Chouchen, un licor de miel muy típico de Bretaña, y unos cuantos vinos valencianos.
Todos los productos son autóctonos y elaborados in-situ, desde las compotas hasta el dulce de leche, prueba de una cocina auténtica que conoce y respeta el valor de la tradición y las buenas
maneras. Conviene reservar, si es posible, pero merece la pena venir a probarlo, también por un servicio amable y simpático, y su singular decoración -ecléctica pero con carácter-, llena de sorprendentes detalles en cada rincón, como una lámpara hecha con sifones. Podemos encontrar Annaíck en la calle Bordadores, una ubicación privilegiada justo al lado del Miguelete.


La historia de este restaurante comenzó en el sur de Francia hace muchos años, cuando una bretona con iniciativa y buena mano para la cocina llamada Annaíck decidió ofrecer al público las recetas típicas de su Bretaña natal. Ahora su nieto ha exportado la idea a España, y después de abrir con éxito varios locales en Cataluña hace dos años que llegó a Valencia, funcionando muy bien con su cocina típica de Bretaña, donde destacan las galettes de trigo negro.



Su oferta gastronómica es muy amplia, pues no sólo de galettes vive el bretón: también tienen variedad de ensaladas, sabrosas tortillas -como la de roquefort, patatas y champiñones-, tablas de quesos y embutidos de producción bretona, y postres caseros. Nada mejor que una galette dulce (el popular crep) como la Mont Saint-Michel -con compota de manzana, helado de vainilla y dulce de leche- para terminar nuestra comida,

Para beber también nos ofrecen algunos productos autóctonos, como la sidra bretona -de la que tienen 3 variedades-, con un sabor diferente al que estamos acostumbrados, menos dulce pero más fresco, y con más gusto a manzana. También tienen aguamiel, Chouchen, un licor de miel muy típico de Bretaña, y unos cuantos vinos valencianos.

maneras. Conviene reservar, si es posible, pero merece la pena venir a probarlo, también por un servicio amable y simpático, y su singular decoración -ecléctica pero con carácter-, llena de sorprendentes detalles en cada rincón, como una lámpara hecha con sifones. Podemos encontrar Annaíck en la calle Bordadores, una ubicación privilegiada justo al lado del Miguelete.

Annaíck
C/ Bordadores, 4.46001
963153524
Abierto de 13:30 a 16:30 y de 20:30 a 23:45. Cierra lunes a mediodía
13 euros de precio medio
C/ Bordadores, 4.46001
963153524
Abierto de 13:30 a 16:30 y de 20:30 a 23:45. Cierra lunes a mediodía
13 euros de precio medio
Reportaje realizado para LaNetro -www.lanetro.com- en Julio de 2007
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